Francklin recuerda muy bien el momento de su infancia en el que, después de ver uno de sus dibujos, su madre le dijo que una carrera artística definitivamente no estaría en su futuro. Ese fue el primer momento en el que sintió la necesidad de convertir algo imposible en una realidad. Por supuesto, hay un vínculo claro entre esta historia de la infancia de Francklin y su carrera como artista de efectos visuales (VFX), que requiere usar la imaginación para crear lo imposible. El aspecto creativo del trabajo es lo que más le gusta. La belleza de la naturaleza, cuya gran complejidad conmueve el alma de Francklin, es una fuente de inspiración que lo motiva a comprender cómo funciona la naturaleza. Simplemente adora su papel como supervisor y trabaja arduamente para crear condiciones en las que los artistas puedan prosperar y crecer. Para Francklin, cada día es una oportunidad para completar una nueva misión cuyos resultados puede ver y apreciar.