Alexis siempre se sintió atraído por el cine de niño, pero se enamoró del cine cuando visitó un plató con su tío. En otra vida podría haber sido chef, porque la cocina de restaurante tiene mucho en común con los efectos visuales: es artística pero precisa y tienes que hacer algo de lo que te sientas orgulloso en un plazo muy concreto. A Alexis le encanta la mezcla de retos rutinarios e inesperados y el flujo constante de nuevas tecnologías que hacen de los efectos visuales un campo tan apasionante.